A las personas con discapacidad nos han puesto muchas etiquetas (minusválidos, incapacitados, los enfermos hasta personas con capacidades diferentes) y frente a estas etiquetas giran diversos tabús y uno de ellos es la sexualidad.
Sé que es difícil enfrentarse al nacimiento de un hijo con discapacidad pues al momento en que se da la noticia que se está esperando a un bebé se ponen muchas expectativas a ese bebe (color de pelo, ojos, profesión, etc.), y al momento del nacimiento la falta de conocimiento y de tacto por parte de los médicos para decir que se tiene un niño con discapacidad hace que los padres sientan mucho temor y es común que se culpen por tener “un hijo así” es por eso que debemos tener claro que como padres tienen el derecho a ser informados, al igual que nosotros.
Muchos han de decir para qué le hablo a mi hijo/a sobre su sexualidad si tiene una discapacidad no me va a entender, para que le va a servir a él/ella conocer eso, él/ella no puede. Las personas con discapacidad tenemos derecho a conocer nuestro cuerpo a saber como se llama cada parte de él porque así prevenimos cualquier tipo de abuso o violación ya que al conocernos aprendemos a decir NO eso no me gusta y eso no me puedes hacer tú, así como tener una buena higiene y salud.
La sexualidad al igual que todo en esta vida tiene límites y como padres de familia tienen que conocer la manera de cómo ponerlos, para ayudarnos a tener una mejor forma de relacionarnos con los demás y con eso nos vamos a poder quitar muchas etiquetas o tabús que giran a nuestro alrededor
