miércoles, 20 de octubre de 2010

EN LA MIRA POR PRISCILA HERNANDEZ

Se podrá avanzar socialmente en el tema de la inclusión hacia las personas con discapacidad, podrá existir una infraestructura para que esta población pueda acceder a sus derechos,  sin embargo, me atrevo a decir que la inclusión  no llegará si en los medios de comunicación  se continúa estigmatizando, fortaleciendo prejuicios, desinformando o simplemente ignorando a las personas con discapacidad.

En esta columna aspiro a generar un espacio de reflexión sobre la importancia de que en los medios de comunicación exista un enfoque de derechos humanos y se informe respetuosamente sobre esta población.

¿Por qué a pesar de que las organizaciones civiles trabajan, por qué si los maestros y en los espacios educativos hacen un esfuerzo por fomentar la independencia en los niños y niñas con discapacidad? Aún persiste esa imagen del “pobrecito”. Es cierto, los medios no son los únicos culpables de una cultura donde no se fomenta el respeto al  diferente, sin embargo, el consumo constante de los medios de comunicación ayudan a construir un imaginario sobre las personas con discapacidad.

Las organizaciones civiles envían invitación para un evento desde varios días de anticipación, preparan una rueda de prensa para que al final solo salga una nota breve o texto de 4 párrafos. ¿Qué pasa en las redacciones, cómo explicarnos la falta de sensibilización del reportero ante este tema, por qué la información sobre discapacidad simplemente no aparece o solo le dan un espacio mínimo?.

En esta columna intentaré explicar de manera crítica pero también respetuosa por qué los medios de comunicación cubren superficialmente el tema sobre discapacidad o lo ven desde un enfoque de lástima.

Para empezar, hoy quiero contar como los reporteros y reporteras tenemos el chip de dar malas noticias, de escarbar en el estiércol, en excremento y pensar que todo huele a eso, que todo es lo mismo. Por eso cuando hay una buena noticia en nuestras narices no la olemos, tenemos el olfato atrofiado de tanto oler malas noticias, de entrevistar a malos políticos y de escuchar promesas incumplidas.

Es la naturaleza del reportero dudar, sostengo que un buen reportero siempre tiene que dudar.  Pero a veces ejercemos ese verbo con exceso, dudamos de todo, dudamos del trabajo de las organizaciones civiles, del trabajo de los ciudadanos y por eso dejamos de contar esas historias valiosas que demuestran que hay personas en las que sí se puede confiar.

Aunado a este mal chip que bloquea el sentido del olfato para descubrir buenas historias, está el miedo en convertirse en cursi o en “rosa” si se habla sobre discapacidad. Es común que las reporteras mujeres sean quienes cubrimos esto y para muchos es porque somos “más sensibles”.  Cuando esto es un total error.  Claro  suele ser un enfoque común hablar sobre la discapacidad con  frases cursis que elevan a las personas casi a seres celestiales. 

Una amiga ciega, Valeria lo dice claramente “ni demonios, ni ángeles, simplemente personas”.

Hay mucho que decir sobre medios de comunicación, periodistas y personas con discapacidad. ¿Cómo hacer que los medios de comunicación sí informen sobre discapacidad, de qué manera sensibilizar a los reporteros y reporteras, cómo abrir espacios en periódicos, radio y televisión? Son pregunta que iremos descubriendo juntos. Por eso me alegra que cada mes nos encontremos para reflexionar, para ofrecerte mi perspectiva como reportera que todos los días intenta poner su granito de arena en pro de la inclusión de las personas con discapacidad. 

Hasta la próxima.





Sugerencias e ideas a pris.hf@gmail.com 
en twitter@prishdez

*Priscila Hernández Flores
Periodista especializada en el tema de de derechos humanos y discapacidad. Trabaja en Radio Universidad de Guadalajara. Por su trabajo ha recibido el Premio Tiflos de Periodismo por la Organización Nacional de Ciegos de España, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, Nominación a la Fundación Nuevo Periodismo de Gabriel García Márquez además de distintos reconocimientos por parte de organizaciones civiles que trabajan en pro de los derechos de las personas con discapacidad.