Aunque había pensado hablar sobre las dinámicas internas en los medios de comunicación que generan que informativamente se discrimine a la población con discapacidad como estamos a unos días de que la televisión nacional encadene al Teletón, consideré necesario escribir sobre este fenómeno mediático que produce que por 24 horas los televisores en México solo hablen de lo mismo.
¿Por qué reflexionar sobre esto? El Teletón como diferentes organizaciones civiles, activistas pero sobre todo personas con discapacidad coinciden se basa en la filantropía motivada por la lástima y la caridad, y claro no goza de credibilidad y transparencia, porque simplemente es un proyecto que promueve una empresa que a su vez no goza de esos dos adjetivos.
Desde el enfoque mediático con el Teletón parecería que todos los medios de comunicación del país como la radio, el periódico y la televisión se unen para apoyar incondicionalmente a las personas con discapacidad; muestran un sentido de hermandad y compromiso hacia esta población vulnerada pero todo es de dientes para fuera. Los directivos de los medios de comunicación y los conductores acuden al Teletón porque es el evento del momento y para salir en la foto y “demostrar” que son hipersensible a las necesidades de alguien con una discapacidad.
Todo esto se convierte en una farsa porque si su legítimo interés así fuera cotidianamente veríamos información respecto a este grupo, cubrirían constantemente las ruedas de prensa de las organización civiles, darían más espacios en los noticiarios de radio y televisión; o en las planas de los periódicos manejarían el concepto de “ persona con discapacidad” y no de “inválidos, incapacitados, discapacitados”.
Los medios de comunicación, exceptuando los permisionarios, son empresas que buscan la forma de tener público y de publicitarse, el Teletón, es un excelente escaparate, por lo mismo desde la marca de leche hasta la fábrica de carnes frías se suman a esta mecánica aunque en la realidad no empleen a personas con discapacidad, discriminen a quienes aspiren a trabajar en sus empresas o solo tengan un mínimo porcentaje con el cuál navegan con la bandera de “empresas socialmente responsables”
Empezando por televisa, que por un lado programa todo un día para su macroevento pero en sus programas aún una persona con discapacidad figura solo en los programas de comedia, fortaleciendo el estigma y la burla; aún no vemos en cadena nacional a una persona con discapacidad integrada en sus barras cotidianas; por ejemplo en Guadalajara, hasta la madrugada es posible encender la tele y ver a alguien con discapacidad en la conducción, esto es un esfuerzo pero el horario es una forma de seguir escondiendo lo que no encaje en sus estándares.
No niego que los centros de rehabilitación hayan beneficiado a la personas con discapacidad, sin embargo, lo que se cuestiona es la forma en que obtienen los recursos y que aún así hay quienes son rechazados para rehabilitarse porque “su historia no es demasiado fuerte” o porque no alcanzará a tener los resultados que esperan, por eso la población con discapacidad intelectual simplemente está anulada de su programa de Teletón, que también debo decir que solo refuerza el enfoque médico de que las personas con discapacidad solo requieren rehabilitación.
Otro aspecto que poco se ha investigado desde el enfoque periodístico es lo que los gobernantes en turno, los presidentes municipales, alcaldes y hasta Presidente donan al evento, cuando en realidad ellos como funcionarios públicos deben ejercer ese presupuesto para personas con discapacidad sin tener que “donar” algo que es público y que debe ejercerse para avanzar en la inclusión de las personas con discapacidad.
Y no es que me oponga a la solidaridad y al apoyo entre personas lo que molesta al encender la televisión es que el Teletón fomenta y respalda la idea de que las personas con discapacidad solo merecen donativos y caridad, sin tener una perspectiva de derechos; la repetición de historias trágicas y lastimeras hacen que sea sólo la parte instintiva la que impulse a donar y como solo mueve la víscera, es algo momentáneo fugaz, como cuando fue el terremoto de Haití y hoy ya nadie recuerda
Por eso más que informar para el corazón los medios de comunicación debemos de dar elementos para la razón, para que las personas que nos lean, escuchen o vean conozcan que las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que el resto de las personas y que las leyes mexicanas y convenios lo señalan como la convención internacional de las personas con discapacidad.
Este próximo diciembre encenderé la tele para ver el teletón no para respaldar esta idea sino para hacer un análisis de lo que ocurra este año, porque como si no les bastara ahora también pretenden sumarle a la lástima niños con cáncer. Hasta entonces, nos leemos.
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*Priscila Hernández Flores
Periodista especializada en el tema de de derechos humanos y discapacidad. Trabaja en Radio Universidad de Guadalajara. Por su trabajo ha recibido el Premio Tiflos de Periodismo por la Organización Nacional de Ciegos de España, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, Nominación a la Fundación Nuevo Periodismo de Gabriel García Márquez además de distintos reconocimientos por parte de organizaciones civiles que trabajan en pro de los derechos de las personas con discapacidad.